CLARICE LISPECTOR. BRASIL (1920-1977)
















TU SECRETO

Flores envenenadas en el jarrón. Violetas, azules, encarnadas, alfombran el aire. Qué riqueza de hospital. Nunca las he visto más bellas. Tu secreto es así. Tu secreto se parece tanto a ti que no me revela nada más allá de lo que ya sé. Y sé tan poco como si tu enigma fuese yo. Así como tú eres el mío.


DISCULPEN, PERO SE MUERE

Ha muerto el gran Guimarães Rosa, ha muerto mi hemoso Carlito, hijos de mis amigos Lucinda y Justino Martins, ha muerto mi querido cuñado, el embajador del Brasil en Estados Unidos, Mozart Gurgel Valente, ha muerto el hijo del doctor Neves Manta, ha muerto una niña de 13 años de mi edificio dejando a su madre aturdida, ha muerto mi atronador amigo Marino Besouchet. Disculpen, pero se muere.

De Aprendiendo a vivir y otras crónicas, 2007 (reeditado).


¿INCLUSO LA MÁQUINA? 

He mandado a reparar mi máquina de escribir. Enrollado en el rodillo (o como quiera que se llame  eso que ustedes saben) todavía estaba el papel donde el técnico había escrito para probar que funcionaba bien. En el papel estaba escrito: s d f g c l k j a e v que Dios sea alabado p oy 3 c.

De Aprendiendo a vivir y otras crónicas, 2007 (reeditado).


LUIS HERNÁNDEZ. PERÚ (1941-1977)


 













HOMENAJE A RAFAEL SANZIO

Señor
Ten Merced
De mi hijo
Porque él es epiléptico
Y sufre horrendamente
Porque muchas veces
Cae al agua

Y otras
Sobre el fuego

Y yo lo llevé
A tus discípulos
Mas ellos nada pueden

Este fue el último cuadro
De Rafael Sanzio
Antes de su muerte
El viernes santo de 1520
A la edad de 37.


De EZRA POUND: CENIZAS Y CILICIO

Ezra:
Sé que si llegaras a mi barrio
Los muchachos dirían en la esquina:
Qué tal viejo, che' su madre,
Y yo habría de volver a ser el muerto
Que a tu sombra escribiera salmodiando
Unas frases ideales a mi oboe.
El milagro se oculta entre lo oscuro
Donde olvido y memoria son tan sólo
Los reflejos de lo áspero y amado,
La ilusion que ha surgido de enebro
Duramente recuerdo tus poemas,
Viejo fioca,
Mi amigo inconfesable.
ELVIRA HERNANDEZ. CHILE (1951)


















LA BANDERA DE CHILE
      (fragmentos)


                                      Nadie ha dicho una palabra sobre la Bandera de Chile
                                                       en el porte                  en la tela
                                                        en todo su desierto cuadrilongo

                                                                no la han nombrado

                                                               La Bandera de Chile

                                                                          ausente


                                       La Bandera de Chile no dice nada sobre sí misma
                                             se lee en su espejo de bolsillo redondo
                                            espejea retardada en el tiempo como un eco
                                                        hay muchos vidrios rotos
                                             trizados como las líneas de una mano abierta
                                                                      se lee
                                                    en busca de piedras para sus ganas
                                        Una ignorancia padre aurea a la Bandera de Chile
                                                    no importa ni madre que la parió
                                            se le rinden honores que centuplean los infalibles
                                                                                                                                      mecanismos 

               incipiente la Bandera de Chile allí cien
               doscientos novecientos
no tiene en otros el territorio de sus propios eriazos


no tiene en otros el fósil de su olla común

no tienen no tienen hasta decir so de colores andrajos no tienen           no tienen               no son

La Bandera de Chile se parte en banderitas para los niños
                                                                                         y saludan.


                    En otros tiempos
                    representa la Bandera de Chile
                    un 15% allí donde brilla la estrella para el 10% representa
               de blancos un 20% de muy pálidos
               representa
               La Bandera de Chile en rojos La Bandera 
                                                                  de Chile 
                                                                           nunca el 100% nunca
                                                                   el 100% del blanrrozul compacto
                                                                                              hoy

La Bandera de Chile es un pabellón dijo un soldado
y lo identifico y lo descubro y me descubro
del Regimiento de San Felipe
dijo soñaba el pabellón mejor que su barraca
dijo dijo dijo tres dormitorios
ducha de agua caliente cocinilla con horno 
                                                aplaudieron como locos los sin techo
                                                            La Bandera de Chile


De La bandera de Chile, 1981.
FERNANDO CHARRY LARA
COLOMBIA (1920-2003)



























OLVIDO
                           
                                  Los días que uno tras otro son la vida…
                                                                           Aurelio Arturo


La trémula sombra ya te cubre.
Sólo existe el olvido,
Desnudo,
Frío corazón deshabitado.

Y ya nada son en ti las horas
Las taciturnas horas que son tu vida.
Ni siquiera como ceniza
Oculta que trajeran
Los transparentes
Silencios de un recuerdo.

Nada. Ni el crepúsculo te envuelve,
Ni la tarde te llena de viajes,
Ni la noche conmueve tu obstinada
Nostalgia del amor, cuando
Una tácita doncella surge de la sombra.
Oh corazón, cielo deshabitado de los sueños.



VIAJERO

La extrañeza del lugar aunque
lo imaginaba. Lo interminable del instante
y lo áspero. Un comedor vasto como el hastío,
Mas aquí, en reposo,
el mudo mantel, el atardecer
junto a la sombra
de los recuerdos en el rostro.
Obstinada la hora
le encierra, solitario, y al hermano
que llora bajo sus pensamientos.

Un sitio siempre ajeno como el amor, un lento salón
que a los fantasmas del viaje, en bandadas,
aparece de súbito con lámparas y memorias.
Conversaciones, alas, palabras apenas,
rumor en tomo. Una cucharada
a los labios con un remordimiento
y sobre la mesa, inmóvil, desconocida;
la silenciosa blancura de sus manos.

Quisiera despertar de entre los muertos
mientras la hora sórdidamente huye.

Lo piensa mientras a su alrededor
la mosca del sueño, el periódico,
el volumen ardiente de una falda,
no importa,
qué cuerpos o miradas, la tenaz
ola de melancolía también
les llega,
y en procesiones nocturnas
los huéspedes no duermen sino avanzan
con equipajes, entre espejos y blancos uniformes,
sonrientes, solos, sonámbulos,
por carrileras, a pie, enlunados,
al subterráneo final de los trenes sin nadie.
 

De Los adioses, 1963.
OCTAVIO PAZ. MÉXICO (1914-1998)



















AQUI

Mis pasos en esta calle
resuenan
en otra calle
donde
oigo mis pasos
pasar en esta calle
donde

Sólo es real la niebla.




PIEDRA DE SOL
(fragmentos)

—¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos
la vida —pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos—,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que se pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos.



PEDRO LEMEBEL. CHILE (1952)




 

 

 

 

 

 

MANIFIESTO (Hablo por mi diferencia)

No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.


NOTA:
Este texto fue leído como intervención en un acto político 
de la izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile.
MANUEL BANDEIRA. BRASIL (1886-1968)

ARTE DE AMAR
 
Si quieres sentir la felicidad de amar, olvida tu alma,
el alma es lo que estropea el amor.
Sólo en Dios puede encontrar satisfacción,
no en otra alma.
Sólo en Dios —o fuera del mundo.
Las almas son incomunicables.
Deja a tu cuerpo entenderse con otro cuerpo.
Porque los cuerpos se entienden, pero las almas no.

De Bello Bello, 1948.


EL ANGEL DE LA GUARDA

Cuando murió mi hermana
(Tenía que ser así)
Un ángel moreno, violento y bueno,
                                       —brasileño
Vino a quedarse a mi lado
Mi ángel de la guarda sonrió
Y regresó junto al Señor.

De Libertinaje, 1930.


EL ÚLTIMO POEMA

Así querría mi útimo poema
Que fuese tierno diciendo las cosas más simples y menos
                                           [intencionales
Que fuese ardiente como un sollozo sin lágrimas
Que tuviese la belleza de las flores sin perfume
La pureza de la llama en que se consumen
                                           [los diamantes más límpidos
La pasión de los suicidas que se matan sin explicación.

De Libertinaje, 1930.


MOMENTO EN UN CAFÉ

Cuando pasó el entierro
Los hombres estaban en el café
Se sacaron los sombreros distraídamente
Saludaron al muerto distraídos
Todos estaban vueltos hacia la vida
Absortos en la vida confiados en la vida.
Sin embargo uno se descubrió con un gesto amplio y despacioso
Mirando la ataúd largamente
Éste sabía que la vida es una agitación feroz y sin finalidad
Que la vida es traición
Y saludaba a la materia que pasaba
Liberada para siempre el alma extinta.

De Estrella de la mañana, 1936.


POEMA DESENTRAÑADO DE UNA PROSA
DE AUGUSTO FREDERICO SCHMIDT

La luz de tu poesía es triste pero pura
La soledad es la gran señal del destino
Lo pintoresco, los colores vivos, el misterio y el calor de los otros
                seres te interesan realmente
Pero ni estás apartado de todo eso, porque voces en compañía
                 /de tus desaparecidos,
De los que jugaron y cantaron un día a la luz de las fogatas
                de San Juan
Y estoy están para siempre durmiendo profundamente.
De la poesía como quien ama y quien muere
Caminaste hacia una poesía de quien vive y recibe tristeza
Naturalmente
—Como el cielo oscuro recibe la compañía de las primeras estrellas.

De Lira de los cincuenta años, 1940.


LA MUERTE ABSOLUTA

Morir
Morir en cuerpo y alma
Completamente.

Morir sin dejar el triste despojo de la carne,
La exangüe máscara de cera,
Cercada de flores,
Que se pudrirán —¡felices!— en un día,
Bañada de lágrimas
Nacidas menos de la nostalgia que del espanto de la muerte.

Morir sin dejar por casualidad un alma errante…
¿Camino del cielo?
¿Pero qué cielo puede satisfacer tu suelo de cielo?

Morir sin dejar una arruga, una raya, una sombra,
El recuerdo de una sombra
En ningún corazón, en ningún pensamiento,
En ninguna epidermis.

Morir tan completamente
Que un día al leer tu nombre en un papel
Pregunten: “¿Quién fue?...”

Morir todavía más completamente
—sin dejar ese nombre siquiera.

De Lira de los cincuenta años, 1940.


MOZART EN EL CIELO

El día 5 de noviembre de 1791
Wolfgang Amadeus Mozart
                 [entró en el cielo, como un artista de circo, haciendo
Extraordinarias piruetas sobre un fantástico caballo blanco.
Los angelitos atónitos decían: ¿Qué fue? ¿Qué no fue?
Melodías nunca oídas volaban en las líneas suplementarias
                 /superiores del pentagrama.
Un momento se suspendió la contemplación inefable.
La Virgen lo besó en la frente.
Y desde entonces Wolfgang Amadeus Mozart fue el más joven
                /de los ángeles.

De Lira de los cincuenta años, 1940.


(Aunque la mañana estaba avanzada).
Llovía
Llovía una triste lluvia de resignación
Como contraste y consuelo al calor tempestuoso de la noche
Entonces me levanté,
Bebí café que yo mismo preparé,
Después me acosté nuevamente, encendí un cigarro y me quedé
               /pensando…
—Humildemente pensando en la vida y en las mujeres que amé.

De Bello Bello, 1948.


EXCUSA

Eurico Alves, poeta brasileño
Salpicado de rocío, leche cruda y terna bosta de cabrito,
Siento mucho, pero no puedo ir a la Feria de Santa Ana.
Soy poeta de ciudad.
Mis pulmones se volvieron máquinas inhumanas y aprendieron
A respirar el gas carbónico de los cinematógrafos.
Como el pan que el diablo amasó.
Bebo leche en lata.
Hablo con A. que es ladrón
Estrecho la mano de B., que es asesino.
Hace años que no veo nacer el sol, que no me lavo los ojos
[en los colores de las madrugadas.
Eurico Alves, poeta bahiano
Ya no soy digno de respirar el aire puro de los corrales del campo.

De Bello Bello, 1948.


TEMA Y VUELTAS

¿Pero para qué
Tanto sufrimiento
Si el cielo tiene el lento
Deslizar de la noche?
¿Pero para qué
Tanto sufrimiento
Si allá afuera el viento
Es un canto en la noche?
¿Pero para qué
Tanto sufrimiento
Si ahora, al relente,
Huele a flor de noche?
¿Pero para qué
Tanto sufrimiento
Si mis pensamientosEs libre en la noche?

De Bello Bello, 1948.


EL RIO

Ser como el río que fluye
Silencioso entre la noche.
No temer a las tinieblas.
Si en el cielo hay estrellas, reflejarlas.
Y si el cielo se carga de nubes,
Como el río las nubes son agua
Reflejarlas también sin pesar
En la profundidades tranquilas.

De Bello Bello, 1948.


ANTONIA

Amé a Antonia de manera insensata
Antonía vivía en una casa que para mí no era una casa, era un empíreo
Pero los años fueron pasando.
Los años son inexorables.
Antonia murió.
La casa en que Antonia vivía fue demolida.
Yo mismo ya no soy aquel que amó a Antonia y Antonia no amó.

Además, prevengo, muy humildemente, que esto
                  / no es crónica ni poema.
Es apenas
una nueva versión, la más reciente, del tema ubi sunt,
que dedico, ofrezco y consagro
a mi dilecto amigo Agusto Meyer.

De Estrella de la tarde, 1960.


MI GRAN TERNURA

Mi gran ternura
Por los pájaros muertos,
Por las arañitas.

Mi gran ternura
Por las mujeres que fueron niñas bonitas
Y se hicieron mujeres feas;
Por las mujeres que fueron deseables
Y dejaron de serlo;
Por las mujeres que me amaron
Y que no puede amar.

Mi gran ternura
Por los poemas que
No conseguí realizar.

Mi gran ternura
Por las amadas que
Envejecieron sin maldad.

Mi gran ternura
Por las gotas de rocío que
Son el único afeite
De un sepulcro.

De Estrella de la tarde, 1960.


ADIOS, AMOR

El amor me dijo adiós, y yo le dije: "¡Adiós,
Amor! Haces bien: la juventud
Quiere la juventud." Y mis amigos
Me felicitan: "¡Qué bien conservado estás!"
Pero yo sé que en el Louvre y otros museos, y hasta en el nuestro
Hay momias del viejo Egipto que están como yo bien conservadas.
Sé además que puedo todavía recibir y dar cariños y ternura.
Pero eso me parece poco, y exijo la iluminación, lo inesperado,
El trauma, el magma...¡Adiós, Amor!
Todavía no estoy solo. Nunca lo estuve. La vida entera.
Viví en tête-à-tête con una señora flaca, seria,
De la mayor distinción.
Y ahora hasta soy su vecino.
Tú que me lees adivinaste quién es ella.
Y es ésa. Por lo tanto digo: ¡Adiós, Amor!

De Estrella de la tarde, 1960.



CECILIA VICUÑA (CHILE, 1947)
















AMADA AMIGA

Las personas que me visitan
no imaginan
lo que desencadenan en mí.
C. no sabe que sueño
con acariciarla
sin que me vea
mientras le echa dulce de camote
al pan parece que juega
con cálices y piedras sagradas,
el modo como levanta la mano
para llenar el cuchillo
de mantequilla
es un gesto
donde los mares hacen equilibrio
donde las mujeres que tienen frío
se solazan.
Tiene oleajes y consecuencias
como una línea en el radar.
Cuando se levanta la falda
para mostrarme el calzón plateado
veo grupos ondulantes de caderas
que repiten la redondez
y la perfección
hasta alcanzar una estridencia grande.

Anhelo que no se mueva demasiado
par a alcanzar a vivir en ella
a respirar y dormir
en esas planicies.
Está tan oscuro el muslo
tan brillante el pelo
que parece habla en otro idioma.
Lo que digo es tan torpe
pero cómo voy a decir:
"Eres tan hermosa"
"Me alegro tanto
de que hayas llegado."
Cuando subo el libro del Renacimiento
donde vemos primitivos italianos
quisiera decirte:
"En esta ciudad te encuentro"
"Tú eres esas colinas"
"Tú las pintaste."
Tus dedos son iguales
a la curva de las aletas
de la sirena
representada en la alegoría.
Pero no es exactamente esto.
Tú eres de un país con ciudades
de Lorenzetti.
Tú y yo alguna vez
volveremos a esa ciudad.

No sufras porque en este cuadro
dos mujeres se acarician
yo alguna vez te acariciaré.
No te preocupes de que estés envejeciendo,
tú vas a otra clase de tiempo
y yo también.
Aliméntate del relato que me haces
de la copa de vino
cruzando el umbral.
Aliméntate y enjóyate,
no dejes de soñar con el cuadro.
del maestro de Fontainebleu
donde una mujer
le toma a otra un pezón:
durante épocas enteras
nadie soltará tu pezón.

Quiero sufrir
enterrarme en ti,
ahorcarte y hacer un hoyo profundo,
donde te empiece a tapar la tierra
lentamente y ver tus colores
pudrirse bajo el café.
¿No te gusta tanto la combinación
de violeta y café?

No quería hablarte de la muerte
pero ya que la temes tanto
¿cómo no voy a hablar?
Es escaso el tiempo
que tenemos para vernos
y conversar.
Me gustaría ser hombre
para seducirte y obligarte
a que abandones tu casa
y te olvides de todo,
pero esta idea no me gusta.
Separados y solitarios
los hombres siempre están fuera
y nada necesitan con más urgencia
que estar dentro,
probar alguna tibieza,
altas y bajasmar.

Estoy cansada de ti
de tus resistencias
y conciencias.
Nunca te dejas llevar,
me gusta más que no lo hagas,
cuando lo haces
parece que el corazón te va a estallar
te va a florecer
te va a doler.

Es mentira que me haya cansado.
Es de mí que me canso.
Deseo verte nada más
que te enamores de otros
y nunca te apercibas de mí.

Cuando te vistes con camisa de franela
y calcetines de lana
por una semana
y te afeas y avejentas
para morir un poco
quiero estar cuando resucites
y sea una gloria de ojos húmedos
y oscuros.

Quiero ser un indio
que está escondido en las montañas
y nunca viene a las laderas
porque todo le duele.

Iluminarme con mis propias luces.

Naciste del cruce
de tu madre con la muerte,
ni siquiera en la infancia
habrás sido rosada.
Los que hacen el amor contigo
creen que nunca regresarán
que se van a hundir
que les vas a tejer
una tela húmeda en la espalda
y como es probable
que tengas conexiones
con la boca de los volcanes
por ahí tirarás a tus amantes
y si ellos se liberan
es porque te compadeces.

Te tengo miedo
porque no puedes mirarme
como yo te miro
no puedes amarme
como yo te amo
no puedes ni siquiera
desear acariciarme
y vivir algún tiempo conmigo
haciéndome peinados góticos
o pidiéndome que revuelva el té
con la punta de mi pezón.

Tu lado humano
no está a la altura
de tu lado bestial.
Algunos te imaginan dueña
de regiones orgullosas
y llenas de daño,
pero los que te han visto
con fiebre
o en épocas de menstruación
te aman muy en contra
de tu voluntad,
si es que tienes voluntad.
Solamente una intensidad
le da poderes a tu vida
y la muerte se ve acabada
por fuentes peludas
y calientes miradas

Qué daría la muerte
porque no tuvieras
esos ojos redondos
ni esos senos
ni esos muslos
ni esos tobillos
para dominarte
envolverte y guardarte
de una vez por todas.




LA MUJER IDEAL

Desde hace cincuenta años
se ha estado eligiendo en Inglaterra
La Mujer Ideal.
Cada año incontables jovencitas
concursan en los siguientes rubros:
Elegancia
Rapidez de Arreglo
Belleza
Arte de Cocinar
Arte de Planchar.
La más bella y diligente
obtiene el título.

Otros estudiosos han dedicado
su vida a observar los destinos
de las cincuenta Mujeres Ideales
que lucían tan bellas y normales
durante el concurso.

Se llegó a la conclusión
de que treinta de ellas
se habían convertido en alcohólicas,
diez en drogadictas
y otras diez en Dueñas de Casa
relativamente infelices:

Marie José Berlant: después de algunos años
de vagabundaje sexual
casó con un Conde Mayor,
se hizo alcohólica
y hoy descansa
en un asilo de ancianas.

Juana Mardoquí: felizmente enamorada
casó con un profesional,
fueron muy felices
hasta que él se suicidó
y ella gastó los últimos años
de juventud en el amor.

Jovita Desmanes: aficionóse a viajar,
después de varias ofertas,
optó por la soltería.
Dicen que la heroína
fue su única fiel compañia.

Estrella Martínez: visiblemente extrovertida,
alcanzó notoriedad nacional.
La excesiva alegría
dio con ella al fondo
de un canal,
al que se dirigía a toda velocidad
en su Mercedes tapizado de Jaguar.